Tener una casa en una isla del Mediterráneo debería estar entre las 10 mejores cosas que pueden hacer felices a los seres humanos. Las islas tienen algo, será su vida tranquila y sencilla o la sensación de vivir en unas eternas vacaciones. El libro Casas secretas. Vivir en Menorca (Rizzoli, 2023) permite entrar en las casas de los pocos afortunados que han hecho realidad este sueño. Un proyecto editorial impulsado por la emprendedora Susana Gallardo (Barcelona, 58 años) en colaboración con el fotógrafo francés Karel Balas, también director de arte de las revistas Milk.
Ambos tienen una casa en Menorca, así nació este proyecto. “Hace muchos años compré esta casa, en el fondo me siento Minorchino”, declara Gallardo. “Aquí tengo muchos amigos, ya que soy muy sociable y me gusta relacionarme con todo tipo de personas, que me han abierto sus puertas. Siempre había pensado en la posibilidad de escribir un libro sobre ellos, pero no sabía ni por dónde empezar, ya que no tengo relación con el mundo del interiorismo, la fotografía o la edición. Hace dos años conocí a Karel Balas, que acababa de comprar una casa con su mujer en la misma ciudad donde tengo la mía. Y vi claramente que él era la persona con la que podía realizar esta idea”, dice.
Susana Gallardo recibe El País Semanal en Menorca para hablar de este proyecto editorial, de la isla y de la historia y diseño muy particular de su casa. Gallardo pertenece a la familia propietaria de los laboratorios Almirall. Y, por otro lado, su primer matrimonio, con Alberto Palatchi, además de una familia numerosa, ha generado una de las empresas más exitosas de España: la empresa Pronovias. Actualmente está casada con el político Manuel Valls.
Su casa en Menorca ha sufrido dos reformas: una, cuando la compró estando con su primer marido, y otra, realizada recientemente por la interiorista Isabel López-Quesada. “Aunque no tengo una relación profesional con el diseño de interiores, es un mundo que siempre me ha encantado. A lo largo de mi vida he reformado varias casas, siempre acompañado de profesionales. No soy de los que dicen que lo hicieron”, se ríe. “Es muy importante investigar y seleccionar al profesional adecuado”.
A pedido de Gallardo, la intervención de Isabel López-Quesada devolvió la casa a su estilo colonial original, pero pasó por su propio filtro. Por un lado, la interiorista ha iluminado las estancias, unificando el color de paredes y techos en un tono blanco, más propio de la arquitectura vernácula de Menorca. De hecho, muchas otras intervenciones han ido en la misma dirección, como el nuevo suelo de piedra marés de la isla y mármol negro belga en la entrada, la recuperación del pavimento cerámico rústico de la primera planta o la inserción de elementos de fibras naturales. . , como la parrilla de mimbre.
“Cuando lo compré era de estilo inglés, antiguo, así que lo amueblaba con antigüedades tanto de la época británica como de la menorquina”, cuenta Susana Gallardo. “Hicimos un inventario de todo lo que tenía. Isabel lo ha redistribuido, haciendo una selección de piezas y creando ambientes con gran acierto, añadiendo muebles tapizados y creaciones propias”. También actualizó todos los baños, incluso diseñando uno para los Gallardo y otro para su esposo en su propia habitación, cada uno con su propio vestidor.
La casa data de 1858 y es de tipo indiano, por lo que su arquitectura de estilo palladiano probablemente fue la forma en que sus primeros propietarios trataron de reflejar lo que habían hecho bien en América. “Tiene mucha herencia de la época menorquina británica, con las típicas ventanas de guillotina inglesas, contraventanas verde carruaje…, pero una de las cosas más características es que en el jardín hay unos ombúes que se trajeron de Argentina, y que están espectaculares hoy”, dice Susana.
Menorca es una de las Illes Balears con mayor variedad arquitectónica en cuanto a la construcción de viviendas, debido no sólo a sus diversas influencias culturales a lo largo de la historia, sino también a su carácter agrícola y productivo, con una economía pujante y activa, y un entorno protegido de muy temprano por la industria del turismo. En él se pueden encontrar desde casas adosadas de influencia inglesa hasta palacetes y casas señoriales de Ciudadela, grandes fincas de campo o de indianos, casas tradicionales baleares en piedra de marés y, también, edificios actuales de estilo contemporáneo.
La mayoría están representados en Casas secretas. Vivir en MenorcaAsí, el libro ofrece una visión privilegiada de todo tipo de viviendas en la isla, facilitando el acceso visual a viviendas particulares que permanecen en el anonimato por expreso deseo de sus propietarios. No se trata en todos los casos de casas lujosas o impactantes, sino de una colección que busca reflejar la forma de vida de la isla: relajada, sencilla y conservadora en sus tradiciones. “Los que venimos de fuera pensamos que, en general, entendemos esto. Supimos apreciar la isla y su forma de vida. Por eso estamos aquí”, concluye.
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