La italiana Ceci Spampinato se formó como arquitecta en España. Y se quedó aquí a vivir. Hoy trabaja como consultor de tecnología. Para ello le pidió al arquitecto Gonzalo Pardo que diseñara su apartamento. De hecho, pidió una carta de rey. Lo quería todo: una casa cómoda pero hermosa. Práctico, pero que permitía soñar. Tecnológico, pero cercano. Y Pardo y su estudio, Gon Architects, buscaron la luz y aprovecharon los 47 metros cuadrados para que estuvieran siempre en uso. ¿Cómo lo consiguieron? Con flexibilidad.
Con el piso sin mamparas, ahora hay muebles que cambian de posición, ambientes que se suman espacialmente y ligeros, la luz natural del ático y la que emana del amarillo de la intervención de los arquitectos. Sin los tabiques que solían dividir este apartamento en el corazón de Madrid, el apartamento es uno y muchos. De la pared del fondo emerge una cama abatible, la superficie de trabajo desciende a modo de zona de estudio y el nuevo mueble amarillo de casi seis metros de largo y 60 centímetros de profundidad -al igual que los electrodomésticos- no solo da carácter al suelo, sino que también organiza el espacio. Y lo limpia, absorbiendo armarios, puertas, estanterías y cabeceros. ¿Resultado? Juguetón, brillante, cambiante. y amarillo
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