El chiringuito definitivo existe y está en Grecia
El estudio de arquitectura helénico de Andreas Petropoulos firma Ego, un espacio gastronómico especular en la playa que, con sencillez formal y honestidad conceptual, crea ambientes y rincones tan cautivadores como sofisticados.
Situado en la ciudad griega de Kalamata, a orillas del mar Jónico, los 800 metros cuadrados de Ego se dividen en pequeños ecosistemas pensados para solucionar necesidades específicas de aforo (parejas, grupos, eventos, reuniones,…) pero al mismo tiempo capaces de cambiar y reinventarse según las circunstancias. El hormigón liso, la madera desnuda y las maravillosas superficies de caña tejida marcan el tono de todas las composiciones.
Si bien los paneles y estructuras de caña sirven para brindar cierta privacidad, su desempeño para proteger a los clientes de los elementos puede generar dudas. Por ello Petropoulos y los suyos han decidido explotar la flora existente y organizar Ego en torno a ella, una sabia decisión que consigue inculcar el imprevisible carácter salvaje en este tipo de establecimientos.
La propuesta de Petropoulos se completa con una magnífica elección de periféricos en la que destacan los dispositivos, todos ellos. ¿El detalle? El casi «arte rupestre» que se apreciaba en algunos tramos del suelo y en los paneles de las salas de servicio. Sencillo y eficaz.