En una década, la casa del futuro tendrá una distribución flexible y estará equipada con muebles y objetos que cumplan múltiples funciones. A esta conclusión llega la muestra Escenarios del futuro cercano, abierta en la sala Carlos Pérez del Centre del Carme Cultura Contemporánea (CCCC) de Valencia, abierta hasta el 19 de marzo. Producida por el Consorcio de Museos de la Comunidad Valenciana y Valencia 2022, cuando la ciudad se convierta en Capital Mundial del Diseño, es el broche de oro a las actividades y exposiciones organizadas en la capital del Turia con motivo de su capitalidad europea del diseño . , cuyo testigo lo asume San Diego-Tijuana (EE.UU. – México) para 2024.
La pandemia ha despertado en la sociedad necesidades que quizás ya estaban latentes e incluso fueron esbozadas por la Bauhaus a principios del siglo XX. Genera espacios polivalentes donde puedas comer y trabajar alternativamente sin caer en el caos; conciliar trabajo y descanso sin alterar los ritmos de sueño y vigilia; o comprar muebles y objetos para espíritus nómadas, fáciles de llevar de un lugar a otro, son algunas de las ideas que desgrana esta exposición, comisariada por la periodista de diseño Tachy Mora.
Diseñadores y productores industriales trabajan desde el confinamiento para ofrecer soluciones que se anticipen a los cambios que sufrirá el entorno doméstico. Porque la pandemia ha sido un momento de transición llevado a cabo en un tiempo récord para que las personas y los espacios alcancen una eficiencia óptima para trabajar, interactuar y evolucionar de forma remota. Esta experiencia fue el motor que demostró que el espacio doméstico no estaba ni está preparado para este cambio necesario. “Durante la pandemia nos dimos cuenta de que la casa puede ser un facilitador de estas múltiples funciones y, si su equipamiento y su planteamiento espacial son ideales, creo que ahí está la raíz del cambio”, explica Mora.
El paso de una casa muy compartimentada a una vivienda menos restringida y más fluida requiere «modificaciones fundamentales de la casa que, por ejemplo, deben adaptarse a la existencia de varios tipos de unidades familiares o de convivencia». Las casas tradicionales están diseñadas con un dormitorio principal y dormitorios secundarios para los niños, «y esto no es adecuado en este momento para nuevas unidades de vivienda donde conviven personas de la misma generación», dice la curadora.
En este sentido hay ejemplos que replantean los espacios, como un proyecto de vivienda de 2005 de Aranguren y Gallegos en Carabanchel que ya proponía la idea de utilizar el espacio doméstico de una forma más flexible, satisfaciendo diferentes necesidades en diferentes momentos del día. El estudio de arquitectura reflexiona sobre ello en el catálogo de la exposición que se publicará próximamente.
Ante la pregunta de qué espacio de la casa sufrirá mayores cambios —cuando el baño ya ha vivido su revolución—, la cocina y el dormitorio son dos de los espacios que se enfrentan a una necesaria transformación para hacerlos más flexibles. , modulares y transportables. Se exponen tres instalaciones que pueden suscitar polémica o, sin duda, generar muchas preguntas en el visitante.
Por un lado, Arqueha propone en su instalación titulada topografía de la vivienda una alternativa a la fórmula habitual del dormitorio, y lo hace con arreglos híbridos. Está compuesto por tarimas ligeramente acolchadas que pueden utilizarse como asientos, camas o mesas con cortinas Kriskadecor, tarima de linóleo Tarkett, iluminación y domótica Simon y madera Finsa, entre otros complementos.
con el nombre de Centro de trabajo desde cualquier lugar, la segunda instalación de la exposición está diseñada por Eli Gutiérrez para poder trabajar desde cualquier lugar en un espacio aleatorio, híbrido y conectado, creado junto a Actiu y Saxun, con iluminación de LZF, pavimento de Gerflor y automatización de Somfy. Esta microarquitectura es una estructura que se puede aplicar en interiores o exteriores, en oficinas o viviendas, que además es desmontable y puede crecer y expandirse. Todo para conciliar trabajo y bienestar.
Finalmente, la tercera de las instalaciones se centra en una idea de cocinar diferente a la que estamos acostumbrados. Se llama Big Bang Kitchen y es un proyecto de Cierto Estudio, impulsado por Finsa, que sitúa la cocina como el centro neurálgico del hogar, tanto para cocinas pequeñas así como para los que solo utilizan el microondas y donde los muebles de líneas neutras se adaptan por igual a ambas tendencias de uso. Compuesto por tótems fijos, destinados a contener y alojar electrodomésticos, y módulos básicos móviles y multifuncionales en los que se encuentran tanto cajones como placa para calentar una olla junto con un sillón, se adapta a diferentes escenarios, ya sea un estudio o salón o varios tipos de reuniones sociales.
El sofá como escultura
En el Escenarios del futuro cercano encontramos piezas que replantean la forma de sentarse. Es el caso de Link & Inflate Link, una creación Raw Color para la firma Sancal que transgrede el concepto de sofá e interpreta este mueble de forma lúdica hasta convertirlo en una auténtica escultura doméstica. En su versión inflable, este diseño también está pensado para ser parte de un estilo de vida nómada, ya que sin aire puede transportarse de un lugar a otro mucho más fácilmente que un sofá estándar. Este prototipo verá la luz en el próximo Salone del Mobile de Milán, donde los visitantes expresarán su opinión sobre su posible producción futura.
Otro asiento en exhibición es Tape System, de Clap Studio para Missana, un programa de mobiliario híbrido, flexible y modular que basa su diseño en el velcro como aglutinante para crear diferentes composiciones según cada necesidad del momento. Este sencillo material permite usarlo como asiento para combinar con mesas, estanterías e incluso perchas. “Facilita la adaptación del mobiliario a lo largo del tiempo a diferentes necesidades vitales o distributivas”, comenta Tachy Mora.
En exhibición hay dos ejemplos de cómo podrían ser las iluminaciones del mañana. Por un lado, Cabana es un prototipo creado por Isaac Piñeiro que impulsó A-Emotional Light (antes Arturo Álvarez), que consiste en una pantalla luminosa realizada en punto 3D, un sistema del mundo de la moda que permite transformar un diseño de un archivo digital en una sola pieza de tela, con volumen y sin costuras. Con este proceso de fabricación, que genera un tejido con textura acanalada, se evita el desperdicio de material sobrante y se reduce la huella de carbono.
Todavía en iluminación, pero en un proceso de producción más avanzado, la omnipresente lámpara Mood está en exhibición. La idea de Nahtrang publicada por Estiluz transforma la luminaria en una pieza independiente. Se trata de un cabezal de luz redondeado que se puede acoplar a diferentes tipos de luminarias, ya sea para convertirse en lámpara de pie, de mesa, colgante o de pared, ideal para un estilo nómada.
Para entornos de trabajo relacionados o no con la vida doméstica, la exposición acoge Ola Plus, un proyecto de Silvia Ceñal, producido por Ondarreta, basado en la pantalla como un objeto con diversas funciones y dotado de múltiples complementos como bolsillos, baldas y mucho más. mucho más flexible y funcional. A esto se suma otro ejemplo de modularidad: Babel, de Cambres Design para Teulat, compuesto por un sistema de unión y módulos que, combinados, pueden crear estancias dentro de estancias. A partir de lamas, muebles tapizados y paneles acústicos, se pueden crear estanterías, mesas, aparadores, bancos y sistemas divisorios como si de un mecano se tratara que nos acompaña en todo el proceso vital y en todo tipo de hogar.
Dos piezas expuestas nacen con un espíritu híbrido y responden a las cambiantes necesidades de la vida en el hogar del futuro. Por un lado Dania es una mesa de trabajo, impulsada por Momocca y pensada para ambientes domésticos, que se electrifica y se fabrica a medida para cumplir sus funciones de mesa de comedor y de trabajo sin que el diseño marque la diferencia. Expormim apeló en cambio a la nostalgia para proponer la pieza 505, una versión actualizada de un sofá cama de su archivo histórico, en madera y ratán, que recuerda a los que amueblaban los apartamentos turísticos en los años sesenta y setenta. es una mezcla perfecta de artesanía, diseño y nuevas formas de producción.
Mirando hacia la casa del futuro, quizás las piezas más vanguardistas de la exposición sean 8′33″, un conjunto de equipamiento básico para la vida nómada, compuesto por piezas desmontables. Es un proyecto de Alejandra Gandía-Blasco, Rocío Gambín y Oiko Design Office, impulsado por el Grupo Gandía Blasco y creado por Oiko Design Office, a partir de una grilla creada por Thomas Lommée, impulsor de la plataforma OpenStructures. Es un diseño de código abierto que cualquiera puede producir y está hecho de material reciclado, hecho de envases de detergente. Estéticamente recuerda las vetas del mármol. Por último, la mesa Pey Superlight, diseñada por Júlia Esqué, Marc Morro y Jaume Ramírez, con el impulso de Mobles 114, y basada en la mesa de aluminio Pey, de Massana y Tremoleda. Tiene fundas completamente desenfundables y se puede transportar en un tubo y, por tanto, es un diseño nómada cuya parte superior está hecha de lona tensada, por lo que se puede utilizar como mesa de comedor, mesa de trabajo y superficie para dormir.